NARCISO TORREALBA /
*“Vida y milagros, vivir de milagro”
Locución…
*“Hay dos formas de ver la vida;
una es como que, si nada es un milagro,
y la otra, como si todo lo es”
Albert Einstein…
Revisando el portal de Aporrea. Org, me encuentro con una noticia, destacando el bello rostro de una dama venezolana, con el siguiente titular: ¡Intentaron degollar a joven madre venezolana en Perú mientras recogía a su hijo en el colegio! Al ir leyendo la información, me vino a la memoria repetidos casos con las mismas características, pero al ver las imágenes de las heridas en el cuello de la joven mamá, terminé tan impresionado, que solamente pensé ¡Se salvó de milagro! Esto viene a corroborar una vez más, desde el punto de vista periodístico el adagio muy conocido ¡Una imagen vale más que mil palabras! Pero además aterran y preocupan, como se presentan algunos hechos en contra de las féminas y ningún motivo puede justificar semejante barbaridad.
La violencia en contra de las damas se va extendiendo y parece imposible detener. Los agresores y homicidas actúan poseídos por los desbordados instintos criminales, que no es nada nuevo y se presentan casos, que, a pesar de buscar y rebuscar la mínima explicación en nuestra propia imaginación, nunca logramos encontrar la razón de ser. El caso de una mujer, que apareció descuartizada en unos matorrales metida en una maleta hace algunos años, en la ciudad de Araure y al final el culpable, un guardia nacional enloquecido por los celos, para después de cometer semejante atrocidad, buscó todos los medios posibles para ocultar ese momento de locura.
Los casos de venezolanas en el exterior, se suceden a cada momento y cada uno es más espeluznante que el anterior y casi todos terminan en la muerte, pero este al cual hago referencia, deja muchas interrogantes por las marcas dejadas en el cuello, que prácticamente estuvieron a punto de causarle la muerte o esa era la intención del agresor, dejarla marcada para siempre, como si estuviera actuando por una venganza. La tarea de los investigadores del caso, no parece fácil, pero las primeras informaciones dejan ver, que el culpable le tenía medido los pasos a su víctima y no terminó con la vida de la venezolana, porque a lo mejor en el preciso momento del hecho, tal vez tuvo algunos segundos de vacilación, ya que, la oportunidad de asesinarla la tuvo por las marcas dejadas.
Lo cierto es que la vida de esta dama, cambio y no podemos decir, que para siempre, pero los rastros de la salvaje embestida van a necesitar de las mano de especialistas en esta clase de heridas para borrarlas o disimularlas, pero además el impacto psicológico no se quita de la noche a la mañana y en cada paso, la imaginación de un momento tan traumático lo va a revivir, ya que, puede pensar, que la fiera enloquecida, si no cumplió con su objetivo, se le va aparecer en cada salida a la calle, y más cuando ella valientemente hace la denuncia, que anda suelto, y ahí es donde las autoridades deben actuar lo más rápido posible para dar con el paradero de este enajenado mental, y reciba el castigo por intento de homicidio y aclaren totalmente el hecho; por lo pronto la dama se encuentra bajo custodia.
El caso ha tenido cierta repercusión, la necesaria para que no se quede callado, porque el dúo de la muerte: Donald Trump y Benjamín Netanyahu, acaparan la atención de un alto porcentaje de la opinión pública y no es para menos, por la cantidad de muertos que han ocasionado, con la furia y el odio del agresor de Andrea Campos, que por poco le quita la vida, quien hace la denuncia, con datos muy precisos para aprender a este victimario. Ese odio, lo han regado por varios países, donde se encuentran migrantes venezolanos, aunque aquí la oposición venezolana, comandada por María Corina la Machado, en unión con Leopoldo López, quemaron vivo a un transeúnte, porque supuestamente lo confundieron con un chavista y de paso piel morena, lo que no justifica el crimen y sin embargo, nadie pagó cárcel por semejante barbaridad; lo que deja ver, que el odio y la locura van de la mano, como lo vienen demostrando todos estos personajes, que sienten placer, cuando matan o atentan contra una persona.
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